Si algo podemos reconocer de las nuevas generaciones es que poco a poco están rompiendo con los estereotipos de belleza impuestos por marcas, grandes directivos y millones de personas en el mundo. Karen Vega, joven modelo oaxaqueña, es la prueba de esto e incluso está bien consiente de cómo su trabajo puede crear impacto.
Saltó a la fama en 2020 cuando apareció en la portada de Vogue México, sin embargo, todo inició desde que era una niña. En una entrevista expresó que la pasión por la moda nació al encontrarse jugando con sus muñecas. Dijo que las vestía y les diseñaba toda clase de atuendos con los recursos que tenía a su alcance.
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La primera ocasión en la que se topó de frente con el modelaje fue a los 14 años gracias a la esposa de su abuelo, quien hacía prendas para una firma local de moda en Oaxaca. En la intimidad familiar ayudaba a probarse toda esta ropa, pero nunca pensó que años más tarde estaría colaborando con compañías como Prada, Elle, Grazia y Barragán.
El primer trabajo formal y que le ayudó a darse a conocer dentro del modelaje fue gracias a otro talento oaxaqueño. El director Pompi García la invitó a ser parte de Realismo Mágico un proyecto que justamente buscaba reivindicar los rasgos de las mujeres del sur país y en la que Karen brilló por su belleza y compromiso.
Incluso, cuando la entrevistaron para Vogue con el fin de que la gente conociera un poco más sobre sus orígenes y cómo piensa, ella expresó que ver a Yalitza Aparicio en esta misma revista fue una señal que la impulsó para también convertirse en una especie de estandarte de que las cosas en la moda están cambiando.
“Me encantaría que cada vez existan más oportunidades y espacios donde podamos ver gente que nos representes y que nos haga sentir dentro de los mundos que nos han mostrado que no pertenecemos”, aseguró. Ella es Karen Vega, la modelo oaxaqueña que está llevando la belleza mexicana a lo más alto de la moda.