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El ejercicio físico que previene y retrasa el Alzhéimerer

Se confirma que la actividad física puede revertir las alteraciones neuropatológicas que causan los síntomas clínicos de la enfermedad.

El ejercicio que puede prevenir el Alzhéimer Hacer resistencia puede ayudar con esta enfermedad.

Luego de varios experimentos con animales y un análisis exhaustivo de estudios, investigadores brasileños de las universidades Federal de São Paulo (Unifesp) y de São Paulo (USP) han llegado a la conclusión de que el entrenamiento con ejercicios de resistencia puede ayudar a prevenir y disminuir los síntomas del alzhéimer.

Estos hallazgos han sido publicados en la revista científica Frontiers in Neuroscience, y destacan cómo la práctica de ejercicios físicos pueden ser una terapia sencilla y accesible para aquellos que padecen esta enfermedad neurodegenerativa.

El estudio señala que, aunque las personas mayores y los pacientes con demencia a menudo no están en condiciones de realizar ejercicios aeróbicos de alta intensidad, estas actividades han sido el enfoque principal en la mayoría de los trabajos científicos relacionados con el Alzhéimer. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la práctica de ejercicios resistidos como una excelente opción para mantener el equilibrio, la postura y prevenir caídas.

¿Qué es el ejercicio de resistencia?

El entrenamiento de resistencia se caracteriza por contracciones musculares específicas contra una resistencia externa. Esta forma de ejercicio es esencial para aumentar la masa muscular, la fuerza y la densidad ósea. Además, mejora la composición corporal, la capacidad funcional, el equilibrio y previene la debilidad muscular, facilitando así la realización de las tareas diarias.

¿En qué favorecen los ejercicios de resistencia a los pacientes con Alzhéimer?

Uno de los hallazgos más significativos del estudio es que los ejercicios de resistencia disminuyen la acumulación de la proteína beta-amiloide en el cerebro, la cual está asociada al Alzhéimer. Durante los experimentos realizados con ratones transgénicos, se entrenó a los roedores para subir una escalera con carga progresiva.

Después de cuatro semanas de entrenamiento, se observó una normalización de los niveles de la hormona corticosterona, relacionada con el estrés y el riesgo de desarrollar la enfermedad de alzhéimer. Asimismo, se evidenció una disminución en la formación de placas de beta-amiloide en el cerebro de los ratones entrenados.

Esta actividad ayuda con los síntomas. Créditos: Freepik. (rawpixel.com / Busbus/rawpixel.com / Busbus)

Henrique Correia Campos, coautor del estudio, afirma que “esto confirma que la actividad física puede revertir las alteraciones neuropatológicas que causan los síntomas clínicos de la enfermedad”. Además, los ejercicios de resistencia también demostraron reducir la ansiedad relacionada con el alzhéimer en los ratones.

El estudio brasileño se basó en una revisión de estudios y evidencias clínicas que respaldan los beneficios de los ejercicios físicos de resistencia para minimizar el déficit en las funciones cognitivas y conductuales causadas por el Alzhéimer. Los investigadores concluyen que los ejercicios de resistencia pueden ser una alternativa de terapia accesible o una terapia complementaria para prevenir o retrasar los síntomas de esta enfermedad neurodegenerativa.

Estos hallazgos abren nuevas perspectivas para el tratamiento y la prevención del alzhéimer, brindando a las personas una opción más amplia para mantener la salud cerebral y retrasar los síntomas asociados con esta enfermedad. La actividad física, en particular los ejercicios de resistencia, se posiciona como una estrategia efectiva y prometedora para promover una mejor calidad de vida en las personas afectadas por el Alzhéimer y para aquellos que buscan prevenir su aparición.

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