En el caso de "Luis Miguel, la serie", todo indica que la ficción superó a la realidad o, al menos, eso es lo que dice la gente cercana al "Sol de México".
Según algunas críticas y específicamente la de Claudia de Icaza, se asegura que desde los dos primero capítulos, se puede notar que todo lo que seguirá de la serie probablemente sea una versión muy distorsionada de la realidad.
"Todos esperábamos saber qué había pasado con Marcela, porque en eso nos dejaron en la temporada pasada y lo único que se ve, es pura paja. No sabes ni qué está pasando y lo de la casa de Las Matas, es una reverenda jal**a, o sea como un millonario de ese nivel no va a tener el dinero para comprar cualquier casa, eso no tiene sentido"
Se comentó mucho que en esta segunda temporada, "Luis Miguel, la serie" en su participación como productor se encontraría mucho más involucrado en el tema, para contar sus vivencias y perspectiva de aquellos años en los que tanto su carrera, como su vida personal empezaron a convertirse en todo menos una experiencia sana.
Ante este conocimiento, Claudia de Icaza, aseguró que la memoria del cantante no era nada buena, pues si buen fue víctima de mucha gente cuando aún era joven, en su adultez, él se convirtió en victimario y no lo representa para nada en la serie:
"Ya había crecido el niño, y todos siguen siendo sus victimarios. En esta etapa de adulto él fue el victimario, lo fue simplemente de Michelle su hija, porque la dejó.
Luis Miguel empezó a ver a su hija desde chiquita y luego la dejó de ver, pero claramente esa escena bonita es completamente falsa. A Michelle la deja de ver desde los 3 años, pero el se desapareció años hasta que tuvo hijos con Aracely Arámbula.
Está muy cañona esta temporada porque hay muchas, muchas cosas fuertes, pero no creo que se presente como su propio villano"
La periodista declara que esa imagen que Luis Miguel jamás procuró tener una familia para acobijarse ante la pérdida de su madre Marcela Basteri y que esta serie podría ser una navaja de doble filo para el cantante, pues será muy complicado retratar sus malas decisiones si hacerlo parecer un villano total.
La incógnita que Claudia de Icaza arroja, es justamente saber en este afán del artista de volver a conectar con su público, en qué posición decidirá ponerse; como un ser humano arrepentido de sus malas decisiones y actos del pasado, o como el personaje egocéntrico y solo preocupado por su imagen como siempre se ha dejado conocer.
