Este miércoles, la UEFA informó en reunión digital que el arbitraje durante la recién concluida Eurocopa fue impecable, con un 100% de acierto del VAR (18 intervenciones durante 51 partidos) y 93,5% por parte de los referís en el campo, incluyendo el penal sancionado sobre Raheem Sterling en la semifinal entre Inglaterra y Dinamarca.
El jefe de árbitros de la UEFA, el italiano Roberto Rosetti, aseguró que "nunca recibió tantas felicitaciones" por la actuación de los referís en la Eurocopa y la de los responsables del VAR, con un gracias especial dedicado al español Carlos Velasco, quien coordinó el trabajo en Nyon "en todos los 51 partidos".
La recién terminada Eurocopa, ganada por Italia en la final contra Inglaterra, registró menos faltas con respecto a la edición de Francia 2016 (-176), más minutos de juego efectivo (2 minutos y 21 segundos más), menos tarjetas amarillas (-31), pero sí más rojas (6 por las 3 de Francia 2016) y más penaltis (17 por los 12 de Francia).
Seis de estas penas máximas fueron pitadas tras revisión VAR, una tecnología que todavía no se usaba en la edición francesa, ganada por Portugal.
VAR participó en 276 acciones
El VAR, que este año trabajó desde la sede central de la UEFA en Nyon, controló un total de 276 situaciones, cerca de cinco por partido, con una corrección cada 2,83 encuentros.
Hubo 18 correcciones en 51 partidos, diez directas y ocho tras revisión en el campo, y todas ellas "no crearon debate", afirmó Rosetti, quien destacó que se pueden "aceptar errores en el campo, pero no del VAR".
El jefe de árbitros elogió a los colegiados, que acertaron un 93,5 % de sus decisiones en el terreno de juego, y también a futbolistas y a entrenadores por su "juego limpio" y el "respeto mostrado".
El VAR necesitó un promedio de cien segundos para tomar sus decisiones, sumando controles en el campo, controles en Nyon y otras comunicaciones, y solo corrigió una decisión a partir de los cuartos de final.
Penal sobre Raheem Sterling, bien sancionado
Rosetti analizó con transparencia la decisión que más polémica generó en el torneo, la del penalti concedido por el holandés Danny Makkelie a Raheem Sterling en la prórroga de la semifinal que clasificó a Inglaterra contra Dinamarca. En su opinión, el VAR hizo bien en no intervenir, pues el contacto existe y el penalti es correcto.
"No fue un escándalo, es algo de lo que se puede hablar. No tenemos secretos. Makkelie vio al número 5 (el danés Joakim Maelhe) no golpear la pelota, vio un claro contacto entre las piernas. Podemos debatir, pero eso es lo que vio. Podemos hablar de la entidad del contacto. Nosotros queremos que los árbitros estén en el centro y el VAR tiene que tener mucho cuidado", dijo.
"Estamos hablando de un deporte en el que hay mucho gris, no solo blanco y negro. Hay muchas situaciones límite. El VAR no es perfecto, olvídense. Nunca anularemos el debate. Si empezamos a controlar con VAR todo tipo de situaciones, crearemos una gran confusión. Los penaltis pueden cambiar el resultado de un partido. Yo no quiero penaltis ligeros. En esa situación hubo una clara acción del defensa, un claro impacto rodilla contra rodilla", agregó.
También dedicó unos sentidos elogios al árbitro holandés Bjorn Kuipers, quien dirigió la final Italia-Inglaterra, al que definió como "una persona de grandes valores humanos" que fue elegido "con mérito tras una carrera brillante".