Los Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México y las Águilas del América suponen una de las rivalidades más encarnadas en el balompié nacional. Desde el arribo de los felinos a la Primera División en 1962, el enfrentamiento tomó tintes cada vez más complicados, aunque se terminó de perfilar en la década de los 80, donde su primer choque en una final marcó una de las tragedias más recordadas en la historia del máximo circuito azteca y que se inmortalizó en una canción.
En la campaña 1984-1985, el América venía de consagrarse en la campaña anterior en la gran final ante las Chivas en el único duelo por el título que protagonizaron los rivales del Clásico Nacional. Para el torneo regular, los azulcremas armaron una de las mejores escuadras del máximo circuito mexicano, lo que los llevó al cuarto lugar de la tabla general.
Por otro lado, una generación comandada por jóvenes de la cantera como Alberto García Aspe, Manuel Negrete o Rafael Amador, llevaron a los Pumas a su primera final desde 1981 cuando despidieron a Hugo Sánchez con un campeonato frente a Cruz Azul previo a su salida a España.
En dicha campaña, los felinos, que quedaron en semifinales en la temporada 1983-1984, finalizaron el campeonato como líderes generales con 55 puntos, producto de 25 victorias, lo que les dio el boleto a los cuartos de final de manera directa y donde eliminaron a Puebla y León en el camino para el duelo final.
El marco de la tragedia entre Pumas y América en la final de la 1984-1985
En el cotejo de ida, disputado en el Estadio Azteca, igualaron a un gol con anotaciones de Carlos Hermosillo, así como Alberto García Aspe, lo que dejó un marco idóneo para la vuelta en el Olímpico Universitario que lució pletórico con dos de las cuatro aficiones más grandes del país.
En lo deportivo, el enfrentamiento dejó un partido complejo, de poca vocación ofensiva, lo que dejó un empate a ceros y lo que generó un tercer partido de desempate a disputarse en la ciudad de Querétaro a mitad de la siguiente semana en la recién inaugurada Corregidora.
Al final del enfrentamiento, en el túnel 29, ubicado en la zona denominada como Pebetero, entonces dedicada a la afición visitante, sufrió los estragos del acceso masivo de aficionados, luego de un portazo, y ocho personas murieron asfixiadas en Ciudad Universitaria por el poco espacio de salida.
La canción que inmortalizó la tragedia del Pumas vs América
Dos años más tarde, el grupo de rock mexicano encabezado por Sergio Arau, Botellita de Jérez, publicaron uno de los álbumes más importantes en la historia del género en México: "Naco es chido". En el material, dejaron una canción titulada túnel 29, donde hicieron alusiones al futbol y a la estampida.
"Alguna vez sentí venir, el paso de la gente sobre mi, trate de huir de aquella accion, la bola me agarro de su balón.
tromba de aventones, multitud de pisotones, no me dejan respirar, me apoyo en una mano, me pisan, me resbalo, todos quieren mi lugar. Morí una vez, en el futbol, salí en el noticiero de las diez, me consagre con la afición, un hombre que murió con su pasión", se lee en la letra del título.
