Adoptan a anciano en situación de calle y le cambian la vida, tiene 108 años

Don Felipe vive en un albergue en Torreón, Coahula y una familia, con el apoyo de internautas, se hace cargo de su manutención.

Tras varios años de vivir en situación de calle, un anciano de 108 años ve una luz en su camino al ser "adoptado" por una familia en Torreón Coahuila.

La joven Benita Dearz relató que el pasado 8 de junio lo topó en la calle. Debido a que él caminaba bajo los rayos del sol, en la avenida Cuauhtémoc, le ofreció un "aventón" en su auto. Don Felipe, que cargaba una bolsa con botellas de plástico, aceptó de inmediato.

Le pidió que lo llevara debajo de la palma en una plaza pública, donde, por lo regular, se quedaba a pernoctar.Tras cumplir con su voluntad, le dio 100 pesos y se retiró. Pero ahí no terminó la historia, pues horas más tarde, Benita regresó al lugar y lo invitó a cenar en su casa, al lado de su familia.

Al calor de hogar, Don Felipe les contó que tiene 108 años, que se casó con tres mujeres y que tuvo 11 hijos. También les dijo que desde hacía tiempo vivía en la calle, aunque no especificó por qué razón.

La familia le permitió darse un baño y le dieron ropa limpia para que se cambiara. Y tampoco ahí terminó la historia, pues le ofrecieron adoptarlo como su abuelo.

Benita platicó que lo hizo porque sintió la necesidad de darle algo más y en honor a sus abuelos Blas y Angelita, quienes ya fallecieron.

A través de las redes sociales, la chica solicitó ayuda en especie. Pidió víveres y vitaminas para don Felipe. La respuesta ha sido extraordinaria. Cientos de personas le han escrito para manifestar su apoyo y contribuir a dar al "abuelo" una mejor calidad de vida.

"Amigos!!! Quien guste ayudarnos con víveres para don Felipe, necesito pañales, toallitas, suplementos alimenticios como inshure para no diabéticos, entre otros, avenas, ropa mediana, ropa interior y tennis del 6 apropiado para el señor. Yo estaré recabando lo que gusten solo mandar mensaje por inbox", escribió en su cuenta de Facebook.

Don Felipe ya se encuentra en un albergue. Ahí recibe atención médica, alimentos, bebidas y convive con más adultos mayores. Benita y su familia se encargan de cubrir con sus gastos y lo visitan de manera constante como si fueran sus nietos.

Aseguran que de ahora en adelante, ya nada le faltará. Jamás padecerá por la falta de un techo, por ropa, comida y sustento, ni mucho menos cariño y amor.

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