La mente tiene maravillosas formas de operar, es la encargada de nuestras funciones cognitivas como la percepción, el pensamiento, la conciencia, la memoria, imaginación; pero de igual forma puede formar desequilibrios y padecimientos, uno de ellos es el Síndrome del Pensamiento Acelerado.
El Síndrome del Pensamiento Acelerado se define como una avalancha de ideas que no puedes controlar, es como si todo el tiempo estuvieras creando planes y se vieran en cámara lenta, en algunos casos ayuda a mejorar la creatividad y productividad, pero en otros lo único que consigue es un desgaste emocional.
Este síndrome no es exclusivo de los adultos, ya que se han encontrado casos en niños y en adultos mayores, aunque no debe confundirse los conceptos con otros padecimientos como el trastorno bipolar o la esquizofrenia.
Estos son algunos de los síntomas del Síndrome de Pensamiento Acelerado
- Fatiga y cansancio.
- Déficit de memoria.
- Cambios de humor.
- Trastornos del sueño.
- Ansiedad, nerviosismo, inquietud.
- Dificultades para concentrarse, para finalizar una tarea.
- Alergias.
- Erupciones en la piel.
- Caída del cabello.
Considerando que este Síndrome se centra en pensamientos, emociones y conductas otros planos se verán afectados así que se puede esperar estar irritables o con dificultades para dormir.
Esto además provocará agotamiento y desgaste, por lo que también afectará nuestro rendimiento e incluso nuestras relaciones interpersonales.
Evita el Síndrome del Pensamiento Acelerado con esos hábitos
- Respeta tus tiempos de descanso y desconéctate de la tecnología un rato.
- Trata de hacer pausas entre tus actividades para relajarte.
- Que no termine el día con un listado de pendientes.
- Gestiona tus emociones y exigencias.
- Si tienes mucho caos mental, busca ayuda con un profesional.
- Intenta organizar los pendientes por la mañana y no en la noche.