Meghan Markle y el príncipe Harry querían celebrar su unión de una manera más íntima antes de intercambiar votos formales ante una audiencia de millones de personas. Apenas unos días antes de su boda real en la Capilla de San Jorge en el Castillo de Windsor el 19 de mayo de 2018, la pareja planeó una ceremonia improvisada en el patio trasero solo para ellos dos.
"Tres días antes de nuestra boda, nos casamos, nadie lo sabe, pero llamamos al arzobispo y le dijimos: 'Este espectáculo es para el mundo, pero queremos nuestra unión entre nosotros'", dijo la mujer a Oprah Winfrey durante su polémica entrevista realizada el 7 de marzo.
Para recordar la ceremonia especial, el duque y la duquesa de Sussex hicieron un recuerdo especial que ahora han exhibido en su habitación en su casa de Montecito en California. "Así que los votos que hemos enmarcado en nuestra habitación son solo nosotros dos en nuestro patio trasero con el arzobispo de Canterbury", agregó Meghan Markle.
Días después, ella y el príncipe Harry subieron al escenario mundial para convertirse oficialmente en marido y mujer. Y a pesar de toda la polémica en torno a su boda real, Meghan se acercó al gran día con una sensación de calma. "He pensado mucho en esto porque era como tener una experiencia extra corporal en la que estaba muy presente. Esa es la única forma en que puedo describirlo porque la noche anterior dormí toda la noche, lo que en sí mismo es un milagro", mencionó.
"Y luego me desperté y comencé a escuchar esa canción 'Going to the Chapel'. Y solo traté de hacerlo divertido y ligero y recordarnos a nosotros mismos que este era nuestro día, pero creo que ambos estábamos realmente conscientes, incluso antes de eso, simplemente, este no era nuestro día. Este era el día que estaba planeado para el mundo", agregó.
