
El español Carlos Sainz (Audi) lamentó la rotura de un palier, pieza de la transmisión, de su coche a 140 kilómetros de llegar a meta ya que estaban “en situación” de haber ganado una cuarta etapa, disputada este miércoles entre Al Qaisumah y Riad, que tenía mayor dificultad ya que abría pista y en la que finalizó tercero.
“Estamos (junto a su copiloto Lucas Cruz) contentos con el resultado porque abrir no era fácil. La especial fue muy rápida, con muchos cambios de dirección y una pena que se nos rompió la transmisión a 140 kilómetros de llegar; se nos rompió un palier y perdí bastante. “Estábamos en situación de haber conseguido la victoria. Al final, estamos aquí para aprender y estas cosas estaban dentro de lo posible”, comentó al llegar a meta.
“Una etapa no muy bonita. Quitando alguna duda. Poco interesante. Una pena sabiendo que no era fácil abrir y que el ritmo estaba ahí”, valoró. Con el tercer puesto de este miércoles, a 52 segundos del ganador, el catarí Nasser Al-Attiyah (Toyota), Sainz ha acabado en el Top-3 en todas las especiales menos una, la del segundo día en el que el fatídico penúltimo punto de control le hizo perder más de dos horas y renunciar, salvo sorpresa mayúscula, a pelear por la que sería su cuarta victoria en el Dakar (ganó en 2010, 2018 y 2020).
“Vamos aprendiendo y es para estar muy satisfechos. Es un rally donde estamos sacando muy buenas conclusiones. Me imagino este coche con 200 kilos menos… sería más competitivo todavía. Poco a poco vamos ajustando mejor el coche, van saliendo problemas y lo vamos solucionando; lo típico de un coche nuevo”, dijo.







