
Zlatan Ibrahimovic es uno de los futbolistas más reconocidos del mundo, por su habilidad en el terreno de juego, su trayectoria y su personalidad. Sin embargo, su vida privada, a diferencia de otros futbolistas con su popularidad, ha estado mayormente fuera de los focos de la prensa, y no por casualidad.
El sueco es padre de dos hijos, Maximilian y Vincent, y está en una relación con la mamá de sus hijos desde hace más de 18 años, la sueca Helena Seger. Sin embargo, la pareja ha mantenido un perfil muy bajo y tomaron la decisión de no casarse por un motivo importante para ella, quien declaró a la revista Elle que un matrimonio entre ellos no sería beneficioso para ella: "¿Matrimonio? Casarme con él podría perturbar mi vida. No quiero que me etiqueten como la mujer de un jugador. La gente sabe cuánto he estudiado, trabajado y luchado", compartió.

Seger ya era una empresaria exitosa de 32 años cuando conoció Zlatan, que tenía 21. Tras un incidente con sus vehículos en donde ella le pidió de mala manera a él que quitara su Ferrari para poder mover su Mercedes, no volvieron a separar sus vidas hasta el día de hoy.
Helena inició su carrera como camarera y modelo para poder pagar sus estudios, luego trabajó como vendedora en una importante marca de indumentaria y terminó convirtiéndose en la directora general de la empresa. En ese entonces ya contaba con un máster en economía, después dio un gran salto cuando se convirtió en la encargada de marketing de la empresa de relojes Swatch, eso sucedía en su vida cuando conoció al ahora delantero del Milán.
Seger confesó que lo que más le gusta del sueco es que ambos han construido sus carreras a base de sacrificios. Actualmente la pareja cuenta con 50 y 39 años y sus hijos tienen 14 y 12. Zlatan llama "Tigresa" a Seger, quien se caracteriza, al igual que su esposo, por tener un carácter sumamente fuerte, por lo que ambos suelen definirse como "tal para cual".








