La adicción a los videojuegos es una problemática real, tal y como lo demostró el caso de un joven en España que tuvo que ser internado por un caso de adicción a Fornite, el videojuego ha llegado a generar un gran éxito mundial, pero, por otra parte, también ha provocado una adicción a muchos jóvenes, incapaces de ser conscientes de las horas que se pasan delante de la pantalla.

De acuerdo con el grupo de médicos, el menor tuvo que ser hospitalizado por más de 60 días después de abusar de forma abrupta de su tiempo jugando el famoso título de género battle royale o supervivencia. Así lo informó un equipo de investigación conformado por miembros del Hospital Provincial de Castellón, la Universitat Jaume I y el Hospital General Universitario, por medio de un estudio publicado en la Revista de Psiquiatría Infanto-Juvenil. En Castellón, el menor tuvo que ser ingresado por un uso abusivo de Fortnite, llegando a estar conectado un total de 20 horas.

Poco a poco, el joven ha ido retomando el contacto con su familia y su entorno, hasta el punto de que los médicos le permitiesen volver a casa, sintiéndose en todo momento acompañado y seguro.  En medio de su adicción, el paciente empezó a mostrar varios comportamientos asociales como aislamiento en su casa, total apatía por su entorno, rechazo a la necesidad de interacción social o humana, selección específica y rigurosa de sus gustos; la mayoría, basados en los momentos de soledad.

Según el estudio, además de riesgos en su salud física, el joven implicado en este caso también presentó varios síntomas perjudiciales para su mente, e trata de un adolescente que poco a poco fue aumentando las horas de juego, abandonando todo lo que estaba a su alrededor, como por ejemplo los amigos o el colegio. El paciente demostró varios comportamientos asociales como renunciar a salir de su casa y rechazo a la idea de pasar tiempo de calidad con su familia, su adicción al videojuego nació como defensa al dolor causado por la muerte de un familiar cercano del menor, además de la presión que le generaba el cumplimiento óptimo y eficaz dentro de su ambiente educativo.

Es decir, el luto y exceso de trabajos escolares fue lo que detonaron en el choque mental del paciente; malestar emocional que sintió podía ser aliviado de forma transitoria por el juego.

El seguimiento médico duró 8 meses, hasta que se le dio el alta para que pudiera seguir su vida con normalidad y haciendo un uso regulado de las pantallas, con condiciones y límites horarios.

Asimismo, mostró claros cambios en los procesos normales dentro de la vida cotidiana, además de la interrupción constante de las horas de sueño.

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