Los Suns de Phoenix están a un paso del a historia: dos victorias más en las Finals ante los Bucks de Milwaukee y conseguirán su primer anillo en 53 años participando en la NBA. Uno de los principales responsables ha sido Chris Paul. Quien llegara desde Oklahoma ya empezada la temporada ha estado en plan grande a lo largo de los playoffs, sin embargo, ha venido a menos en la serie definitoria.
Si bien CP3 empezó fuerte con 32 puntos siendo el líder anotador del primer encuentro, sus actuaciones son cada vez más discretas, aportando 23 unidades en el segundo enfrentamiento y apenas 19 en la primera derrota de su quinteta a manos de los Bucks en Fiserv Forum, lo cuál enciende las alarmas para los Suns y permite pensar en la igualada de los de Wisconsin.
Con Paul al mando, la ofensiva recibió un impulso especial. En la postemporada, ha sido clave y probablemente nominado al Jugador Más Valioso del equipo en la temporada. Ante los Lakers alcanzó las 10 mil asistencias, mientras que en las semifinales del Oeste se convirtió en el jugador con más partidos con al menos 15 unidades, 15 tablas sin entregas de balón en la historia. Ante los angelinos, la historia no fue menor, consiguiendo su mejor noche ante los Clippers con 41 puntos, siendo 31 de ellos en la segunda mitad, así como ocho asistencias en el partido que les entregó su primer boleto a las finales desde 1993.
Suns regresaron a primeros planos con Chris Paul
Desde 2010 el conjunto de Arizona no había podido aparecer en el cuadro de eliminación en el oeste, hasta que la alta oficina del equipo decidió apostar por el talento en la agencia libre y convertirse, con los grandes nombres, en contendientes para romper la sequía de casi 30 años sin Finales.
La apuesta funcionó: La llegada de Chris Paul como líder y estrella del equipo dio una nueva profundidad a los Suns, apoyado por Devin Booker y DeAndre Ayton quienes fueron la clave para dejar en el camino a LeBron James, Nikola Jokic (MVP de la campaña) y unos ilusionados Clippers.
