Asesinos seriales: Conoce la historia de Jaime Osuna, ‘El Joker de la vida real’

Conoce los escalofriantes delitos de este criminal que han generado polémica durante los últimos años.

Jaime Osuna es el claro ejemplo de que muchas veces las experiencias que se viven en la infancia, e incluso desde el vientre antes de nacer, determinan los comportamientos de nuestras vidas y nos condicionan a suerte de lo que nuestros padres hayan hecho o no.

Desde muy pequeño se topó de frente con la violencia reflejada por su padre biológico pegándole a su mamá mientras estaba embarazada de él y más tarde con su padrastro, quien incluso cuentan, lo tiró una vez de un coche en movimiento cuando era bebé.

Esto ha guiado para siempre los comportamientos de Osuna y lo ha llevado a crecer con un odio sin igual por la vida, sus primeras víctimas fueron animales a quienes disfrutaba de torturarlos, pero no suficiente con eso, después comenzaron a ser personas.

Su apariencia lo dice todo, en algunas declaraciones ha revelado que comenzó a tatuarse la cara para poder sentir algo, ya que debido a sus experiencias se volvió en alguien incapaz de experimentar sentimientos como empatía, arrepentimiento o culpa.

El homicidio de Yvette Peña 

En noviembre de 2011, policías del estado de California fueron testigos de una de las escenas más escalofriantes de los últimos años, se trataba de un cuerpo al que encontraron sin vida en un cuarto de motel, pero por la brutalidad utilizada en él estaba irreconocible.

Estudios forenses dieron a conocer que éste llevaba cinco días de descomposición y aunque no se revelaron muchos detalles por respeto a la familia de la víctima, se dice que el causante del delito utilizó una fuerza desmedida para arrebatarle la vida.

Se trataba de Yvette Peña, una mujer que no tenía nada que ver con Jaime Osuna, sin embargo, desesperado por recibir atención de su antes amada cuando salió de la cárcel, decidió que la mejor manera de conseguir esto, era torturando a una mujer.

Tiempo después, en una entrevista con un medio local, confesó que incluso había matado a otras personas de las que sus cuerpos estaban completamente desaparecidos y aseguró que todos sus actos los volvería a hacer, generando polémica y llamando así la atención.

La historia de amor de Jaime Osuna 

Puede ser sorprendente para algunos, pero alguien como Jaime Osuna logró encontrar el amor y hasta tuvo un hijo, pero como era de esperarse esta situación no terminó nada bien, pues desde el comienzo se dio por violencia y así seguiría siempre.

El joven criminal se encontraba en una fiesta, para ese entonces todavía no era conocido como lo es hoy en día ni siquiera tenía todos los tatuajes que hoy porta con orgullo, sólo era otro chico rudo más que intimidaba a quien fuera con sus acciones.

Se cuenta que el anfitrión de la fiesta estaba molesto, ya que alguien se encontraba coqueteando con su madre y hasta se les había visto juntos bailando, el chico lleno de enojo, pero incapaz de actuar decidió pedirle a Jaime que terminara con la situación.

Él no la pensó dos veces y atacó brutalmente al chico, por lo que acabó en la cárcel. Sin embargo, durante su estancia aquí se mantuvo en contacto con la mamá, ambos se mandaban cartas de amor, para cuando salió ya estaban enamorados.

Todo este extraño amorío desembocó en un hijo con el que Jaime repetiría su historia de violencia. La mujer ha expresado en algunas entrevistas que recibía fuertes agresiones físicas y que la adicción del criminal a la metanfetamina era un verdadero riesgo para ella y el bebé.

El último terrible asesinato de Jaime Osuna 

Su estancia en la cárcel había sido solitaria, pues fue catalogado como un peligroso criminal que debía estar, por el bien de otros reclusos, apartado de la población, y tenían razón. Cuando tuvo la oportunidad volvió a matar de forma grotesca a otro hombre.

Por alguna extraña razón decidieron ponerle un compañero de celda, lo que desembocó en una masacre absoluta. Osuna sólo mató al hombre, sino que además lo desmembró y hasta se hizo un collar con algunos de sus órganos.

Algo de lo que más llamó la atención del caso fue un tipo de negligencia por parte de los guardias en turno, quienes reportaron que ambos se encontraban bien después de realizar rondines en los que seguramente ya había pasado todo.

Por toda su historia, además de su perturbador tatuaje de sonrisa en el rostro, la prensa comenzó a llamarlo ‘El Joker de la vida real’, pero él, cuando cometió este último asesinato, escribió en la paredes utilizando la sangre de su víctima, ‘El hombre de las mil caras’.

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