Un niño salió a pedir ayuda para llevar a su madre al doctor pues su cuerpo estaba azulado e inmóvil. El infante no sabía que ella yacía muerta en la casa de madera donde vivían, en Iztapalapa.
En la colonia, Esmeralda, de 24 años, era conocida como una vecina que vivió en el desempleo y el alcoholismo.
Ella, según contaban los habitantes de dicho lugar solía emborracharse y deambular por los andadores del lugar. No faltaba hombre que se uniera a compartir a beber con ella. Pero aunque era una mujer sociable, no faltaba vecino que reclamara y provocara peleas con la mujer.
Supuestamente el domingo pasado Esmeralda llevó a un hombre a beber a su casa. Cuatro días después, nadie volvió a saber de ella hasta que su hijo le pidió ayuda a un vendedor de agua para que llevaran a su mamá al doctor, pues no se sentía bien, pero el vendedor se negó.
Horas después, el niño volvió a buscar auxilio de una vecina, quien se percató del olor a muerte y del color azulado del cuerpo. Por eso, llamó a los policías y paramédicos, que al llegar al sitio indicaron que ella tenía días de haber fallecido.
Las autoridades llegaron al lugar y retiraron el cuerpo con la intención de llevarlo al anfiteatro, y de momento ya han empezado con las investigaciones para dar con el responsable del homicida.