En el condado de Knox, Tennessee se reportó a las autoridades un lote de casi 1,000 vacunas contra COVID-19 y se cree que pudo terminar en la basura, luego de una confusión en las oficinas de las autoridades del estado.
Reportes indican que el paquete que contenía vacunas de Pfizer se entregó al condado pero aparentemente los trabajadores confundieron la caja con "hielo seco" y luego de unas horas se perdió el rastro de la caja.
La doctora Martha Buchanan, directora del Departamento de Salud del Condado de Knox (KCHD por sus siglas en inglés), en donde se llevaron a cabo los sucesos, aseguró que el personal recogió la caja y la llevó a la basura creyendo que contenía otra cosa.
Sin embargo, un portavoz del mismo departamento agregó que no se tenía registro de haber recibido la entrega de vacunas por esa cantidad en específico, por lo que pidió a las autoridades estatales que se encarguen de coordinar las compras y entregas que recibiera el departamento.
Ante el interrogante sobre si realmente la empresa entregó el pedido al Departamento de Salud del Condado de Knox, Pfizer emitió un comunicado en el que expone que cada lote de vacunas cuenta con un rastreador y un medidor de temperatura para asegurarse de que lleguen a su lugar de destino en las condiciones correctas. Y que según los datos de la compañía, el paquete perdido sí se dejó en las oficinas del lugar.
El comunicado también menciona que: "Pfizer tiene una tasa de éxito del 99,99% en llevar a los remitentes que contienen nuestra vacuna COVID-19 a su destino dentro de todos nuestros parámetros especificados".
Por su parte, Deborah Crouse, afirmó que las autoridades sí llevaron a cabo los protocolos al recibir el pedido. De acuerdo con sus reglas, es necesario abrirlo, verificar las cajas y asegurarse de que son las que se pidieron y que están en las condiciones adecuadas. De esta forma, afirman que la caja que se tiró a la basura no parecía ser de vacunas, pues no tenía los sellos ni rastreadores que estas llevan.