En medio del conflicto armado entre Rusia y Ucrania, han surgido varias historias desgarradoras de las víctimas de este enfrentamiento. Uno de los casos que recientemente se ha viralizado es de una madre que cavó la tumba de su hijo soldado ruso y las autoridades se niegan a entregar su cuerpo.
En la región de Ozerny, un pueblo de 1.500 habitantes en Rusia de Saratov, vivía el soldado ruso Maxim Kanygin quien murió en combate el jueves 24 de febrero, primer día de la invasión y en el cementerio de su pueblo hay una fosa cavada esperando el entierro de su cuerpo.
La madre del joven, Lyudmila, menciona que "han dicho que el cuerpo no se entregará hasta que todo haya terminado para no causar pánico", todavía no tiene mayor información sobre dónde murió su hijo y en qué circunstancias. Explica que les dicen "¿cree que uno de los suyos está ahí? Ni en la oficina de registro y aislamiento militar lo sabe, incluso la fiscalía no encuentra pistas" menciona.
"No hay final a la vista, no podemos despedirnos, no podemos enterrarlo ni llorar sobre su tumba" lamenta Lyudmila.
Soldado ruso desaparecido: Sus familiares no se han podido despedir
Maxim es el mayor de tres hermanos, estudió en la escuela técnica en el distrito de Tatischevsky y se formó como mecánico. Después fue a la Universidad Agrícola de Saratov; sin embargo, no completo sus estudios porque decidió buscar trabajo en Moscú y Saratov, dedicándose al campo: arreglaba tejados, excavaba y cortaba el pasto.
El primero en unirse al ejército fue su hermano del medio y luego se alistó Maxim, el 22 de octubre del año pasado. "Nadie olió problemas" menciona su abuela Natalia.
El joven de 21 años le dijo a su madre que estaba sirviendo tranquilamente en Belgorod. "Lo metieron en un camión KamAZ, aunque no tenía carnet" explico Lyudmila en una entrevista para el diario ruso Novaya Gazeta mientras veía una foto de su hijo con el uniforme militar.
El soldado ruso planeaba casarse
En este año la familia esperaba celebrar una boda, pues tenía 7 años de relación con su novia. "Sus padres ya nos consideraban parientes" menciona la abuela.
La noche del 23 de febrero fue la última vez que Lyudmila habló con su hijo. Por el teléfono Maxim le contó que su unidad había sido llevaba a un ejercicio a dos kilómetros de la frontera ucraniana. “Te llamaré en cuanto pueda” recuerda la madre, “Pensé que llamaría en su cumpleaños el 25 de febrero. Alrededor de las 2 de la tarde me llamó un militar y me dijo: Su hijo murió en acción el 24 de febrero.” Finalizó.
Actualmente, los familiares han acudido al Comité de Madres de Soldados y a fiscalías de Saratov y Belgorod, pero todavía no han logrado tener información de Maxim en ningun lado.