El cofundador de Google, Larry Page, entró en Nueva Zelanda a pesar de las draconianas restricciones fronterizas por la covid-19 después de que su hijo cayera enfermo mientras estaban en Fiyi, según reveló este jueves el diario digital Stuff.
El empresario neozelandés Stephen Tindall, que conoce en persona al multimillonario fundador de Google, confirmó a la publicación que Page entró en el país "hace algún tiempo" porque su hijo de corta edad necesitaba un tratamiento hospitalario en la ciudad de Auckland.
Page, que según Stuff está viviendo en Fiyi durante la pandemia, ya ha abandonado Nueva Zelanda, según el relato de Tindall.
Horas después de que Stuff revelara la noticia, el ministro de Salud, Andrew Little, explicó en el Parlamento que recibieron una petición para el traslado de un niño en ambulancia aérea desde Fiyi acompañado de un adulto (el propio Page).
Respuesta del ministro
El ministro justificó el envío por la necesidad de tratamiento inmediato que no estaba disponible en Fiyi, sin especificar cuál era la dolencia, mientras que la primera ministra, Jacinda Ardern, dijo no saber hasta hoy que el millonario había entrado en el país.
El Gobierno no ha indicado por el momento dónde se quedó el cofundador de Google durante su estancia ni si tuvo que cumplir con las estrictas normas de entrada en el país.
La noticia ha resultado polémica en un país blindado contra el coronavirus, con sus fronteras cerradas al turismo desde hace más de un año y con cuarentenas de dos semanas obligatorias para quienes reciben permisos especiales para entrar, normalmente por motivos laborales, aunque existen algunas pocas excepciones.
La entrada en el país resulta complicada incluso para neozelandeses que estaban en otros países cuando se decretó el cierre de fronteras y no consiguen vuelos para entrar en el suyo.
Este cierre de fronteras, entre otras medidas, ha ayudado a Nueva Zelanda a evitar un fuerte brote de la pandemia, y hasta el momento solo ha sumado 2.880 casos, incluidos 26 fallecidos.
Page, que fundó Google con su socio Sergey Brin hace más de dos décadas, es la sexta persona más rica del planeta con una fortuna estimada de 121.000 millones de dólares (102.000 millones de euros).